Etiqueta hija

El rito de todos los veranos

Desde mi más tierna adolescencia, el comienzo del verano ha estado asociado a un rito ineludible que, año tras año, me he visto obligada a realizar con abnegación: depilarme. Una vez culminado el sacrificio, ya sea a finales de mayo o a mediados de julio, obtengo a cambio el permiso social para disfrutar de ciertos privilegios veraniegos, como ponerme camisetas de tirantes y pantalones cortos, o exhibir mi cuerpo semidesnudo en lugares públicos, con el objetivo principal de tomar el sol y bañarme.

Mis macetas y tus cubos

Uno de mis planes estrella para esta primavera era plantar un pequeño huerto en las macetas. Quería compartir contigo todo el proceso: comprar la tierra, llenar las macetas, abonar, sembrar, regar, cosechar... Me parecía valioso que participaras de todo ello, no solo por los aprendizajes que implica (el ciclo vital, los cuidados, las redes alimenticias, habilidades de horticultura sencillas...); sino, sobre todo, por el vínculo: esa riqueza emocional que tantas veces menospreciamos.

Habitar la Tierra Baldía

Todo proyecto creativo implica, en sus comienzos, el desafío de habitar la Tierra Baldía, ese lugar inhóspito donde sopla el viento de la desgracia y la vista no alcanza a otear más que llanuras polvorientas. Al menos, así es como ocurre en mi experiencia, y en esta ocasión no ha sido diferente: hace ya más de tres meses que alumbré este espacio y he pasado la mayor parte del tiempo envuelta en la incómoda sensación de vagar por un terreno pedregoso e infértil.

Tala y quema

Tu llegada al mundo prendió la mecha que consumió mi vida tal y como la conocía. Aquella primera chispa se transformó de improviso en un virulento incendio que lamió cada rincón de mi existencia. Durante un tiempo que me pareció eterno, mis pies no encontraron más reposo que una gruesa alfombra de cenizas y rescoldos brillantes.