
No es el nombre que me pusieron mis padres. Con ese nunca he podido identificarme: siempre he sentido que se refería a una persona que no era yo. Reaccionar ante él me sigue costando un imperceptible aunque molesto ejercicio mental sin el cual no podría superar su ajenidad.
Seguir leyendoRemedios

Empecé a escribir mi primer blog en 2004, el mismo año en que nacía WordPress. Por aquel entonces, las bitácoras eran una novedad en castellano y muchas plataformas todavía llevaban un nombre relacionado con la palabra “diario”: era el caso de LiveJournal, donde mis primeras entradas salieron a la luz.
Seguir leyendo¿Todavía tiene sentido abrir un blog?